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Jul, 2020
Cómo afecta el divorcio conflictivo a los hijos – Carta de una hija a su padre
En este post os dejamos una pincelada de Cómo afecta el divorcio conflictivo a los hijos. Nuestra querida Alba (nombre ficticio) nos cuenta cómo ve la relación con su padre y cómo se ha sentido en todos estos años tras la separación. Sentimientos de abandono, manipulación emocional y sentirse en medio de una guerra entre adultos y de interferencia parental han sido unos de los motivos por los que acudir a terapia. Ella ha querido expresar cómo se siente a través de esta carta.
Querido papá:
Es difícil plasmar tus sentimientos en una carta, y más si es dirigida a ti. Estos 10 años que han pasado desde el divorcio han ocurrido demasiadas situaciones malas en las que una niña de 7 años en ese momento no se esperaba. Cuando tú y mamá os separasteis, nos metisteis a Emma y a mí en esa horrible pelea que no tenía fin y cada vez me sentía peor por estar siempre escuchando una y otra vez lo mismo, no sabía quién decía la verdad y quién mentía.
Puede que tu no dijeras tantas cosas horribles de mamá, pero cuando lo hacías, dolía demasiado. Como esa vez en la que le contaste a tu hija de 10 años que su madre era una alcohólica. ¿Cómo crees que me sentí? Como la mismísima mierda y más cuando me lo dijiste delante de tu nueva novia (que, en mi opinión, no era de su incumbencia). Puede que tuvieras razón y que sí lo fuera, pero creo que lo hiciste para que me alejara de mamá, cosa que lograste, pues toda mi relación con ella se fue al traste.
Cuando dejaste de pagar la manutención, porque por lo visto “no tenías dinero” (y eso que te habías llevado la mitad de la venta del cortijo) fue difícil creerte, y más cuando te ibas de viaje con Aida a todos lados y a mí y a Emma nos dejabas en tierra. Me parecía que la querías más a ella que a tus propias hijas.
Luego nos echaste de casa, bueno, mejor dicho, tu esposa lo hizo porque por lo visto era su casa y no la de los dos. Justo una semana después te ibas con ella a Sudáfrica a visitar a tu hermano, cuando a nosotras siempre nos habías dicho que tú nos ibas a llevar y preferiste irte con ella. ¿Sabes? No odio a Aida, creo que es una buena persona, aunque tiene sus defectos como todos, pero sé que si ella no hubiera entrado en tu vida, todo habría sido diferente y a lo mejor un poco más complicado para ti, y por eso agradezco que sea tu mujer.
No todos los momentos a tu lado han sido malos, el viaje a Portugal, o los fines de semana en algún pueblo de Granada, e incluso cuando me hablabas de tu vida, cosa que agradecía ya que mamá nunca me contaba nada de ella sobre vuestro matrimonio. Un día me enteré que las pegabas, yo te pregunté por Emma, y cuál fue tu respuesta: si hacía algo que no estaba bien mi madre me pegaba, por eso yo también lo hacía. ¿Es en serio?
Vaya explicación, pegar a una niña pequeña para que aprenda es lo peor que se le puede hacer, pero tú lo hiciste. Ya has perdido a tres hijos, solo te quedo yo y no sé lo que pasó en realidad con mis hermanos, pero sé que la relación que tenías con Emma no las vas a recuperar pues ella ya no te considera su padre. Cuando me preguntas por ella, o me dices que la salude, etc, no lo hago, ¿sabes por qué? Porque no va a servir de nada, y me da miedo decírtelo, pues es difícil perder a un hijo, aunque creo que no te importa demasiado ya que me decías que era ella la que tenía que sentarse y hablar contigo. La verdad que si yo tengo un hijo/a que no quiere saber nada de mi hago lo imposible para comprenderlo/a, y así arreglar las cosas.
Estos últimos meses en los que he quedado contigo lo único que hacías era meter mierda de toda mi familia, o de lo que yo hacía. Que si mamá es no sé qué, que si Emma es una inmadura por no sentarse a hablar contigo, que si no debería de ir a un psicólogo porque no sirven para nada… todo el rato lo mismo, y llegaba al punto en el que ya no tenía ganas de quedar contigo.
Ayer me di cuenta de que esta relación padre-hija no va a más, las dos horas que las pase a tu lado, solo dije 4 o 5 palabras, la mayoría del tiempo estábamos en silencio sin saber qué decir. Puede que fuera mi culpa, porque no me siento cómoda hablando de mis problemas y menos con mi familia. Me da tanta pena ver a esa gente que se llevan super bien con sus padres y que pueden contar con ellos, y yo no siento lo mismo, no me siento segura, porque de tantos años de sufrimiento a causa vuestra han hecho que se me quiten las ganas de volver a confiar.
Me dijiste que habías invertido parte del dinero de la venta del cortijo en una empresa y que no funcionó por lo que lo perdiste todo. Saber que tienes unas hijas a las que deberías de mantener y preferir invertir antes que pensar en ellas. A lo mejor creíste que eso iba a prosperar y no te culpo, pero en mi opinión no fue una buena idea.
Seguro que hay más cosas que te podría decir pero que ahora mismo no recuerdo, lo que quiero expresarte en esta carta, es que recapacites en algunos comportamientos que tienes y que seas honesto (a lo mejor ya lo eres, pero yo no estoy tan segura). Espero que algún día tengamos una buena relación, porque de verdad que necesito a un padre con quien contar en lo bueno y en lo malo. Por último, quiero decirte que me alegro de que estés con una persona que te haga feliz y sepa valorarte.
Te quiero
Alba
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