Se puede decir que las personas que tienen una baja tolerancia a la frustración no consiguen realizar sus proyectos, sus objetivos o metas con éxito y es justo ahí cuando aparece el fracaso, el enfado, en definitiva la frustración. Pero no debemos de olvidar que estas reacciones negativas son naturales, aunque no por ello deben de ser adaptativas. Por ejemplo, si estamos preparándonos para unas oposiciones durante un par de años y suspendemos el examen, es normal que tengamos esos sentimientos frustrantes. Pero el verdadero problema comienza cuando esta frustración se cronifica y se apodera de nosotros llegando a tener pensamientos automáticos negativos del tipo: “no sirvo para nada”, “soy un/a inútil”. Las consecuencias de este tipo de pensamientos son una mala imagen de nosotros mismos, una baja autoestima y una falta de motivación para volver a intentar realizar nuestros proyectos de nuevo, como volver a presentarnos a las oposiciones del PIR (Psicólogo Interno Residente).
Una baja tolerancia a la frustración puede provocar estrés, ansiedad, baja motivación, problema de adicciones o problemas de control de impulsos como cleptomanía, juego patológico o compras compulsivas.
Para vencer a la frustración, lo primero que debemos de hacer es aprender a aceptarnos a nosotros mismos y saber que no siempre vamos a conseguir lo que queremos, y mucho menos de manera inmediata. Debemos de cambiar nuestro lenguaje interno negativo por uno más positivo y adaptativo. En el ejemplo anterior de las oposiciones sería mejor decirnos a nosotros mismos: “la próxima vez aprobaré”, “yo sé que puedo conseguirlo”, “soy tan válido/a como otros“.
Pero, ¿qué podemos hacer entonces?, en nuestras manos está la solución. Para ello, proponemos realizar una serie de sencillos pasos:
Primero, definiremos la situación. Por ejemplo, en consulta nos viene un paciente con baja tolerancia a la frustración en una situación concreta: suspender las oposiciones.
– Terapeuta: Bien, en esta sesión vamos a hacer una serie de ejercicios para trabajar la tolerancia a la frustración. A continuación haremos un análisis sobre la situación concreta que te preocupa:
–> No aprobar las oposiciones, desistir y no volver a presentarme, sentimientos de inutilidad, abandono físico y emocional.
1. Aceptar la situación: preguntarnos qué pasaría si no consigo aprobar las oposiciones. Cómo realmente me podría afectar esto para seguir estudiando para las próximas oposiciones. Solo así empezarás a aceptar esta situación.
2.Tener en cuenta nuestras limitaciones y preguntarnos si nuestras expectativas son reales o ideales: una cosa es que queramos aprobarlas por encima de todo, y otra si realmente yo he estudiado lo suficiente y tengo los conocimientos necesarios para aprobar el examen. Debemos de diferenciar lo real de lo ideal. Nuestras expectativas deben de ser realistas.
3. Definir unas metas realistas, claras y concisas: Para ello debemos determinar unos objetivos y unas metas que sean realistas, claras y concisas, no podemos trabajar con objetivos abstractos, ni con objetivos que vayan a ser alcanzados a muy largo plazo.
4. Tener un plan alternativo: tener metas sustitutas nos podrá ayudar a superar la frustración, puesto que si tenemos un plan alternativo o plan B, en caso de que los resultados no sean como los esperados, no nos quedaremos atrapados en la frustración. Por ejemplo, si has suspendido ese examen tan importante para ti y tienes que esperar de nuevo a hacerlo, puedes abrirte otros caminos y crear nuevos objetivos.
5. Aprender a reconocer nuestros errores: Pregúntate qué te dice tu experiencia. Si reconocemos nuestros errores o las causas por las cuales la vez anterior que lo intentamos hicieron que no aprobásemos las oposiciones, harán que la próxima vez tengamos más probabilidades de aprobar. Así, empezaremos por identificar nuestros errores como: no estudiar lo suficiente, ponerme nervioso antes del examen, dejarlo todo para última hora, etc. son algunas de las causas por la cuales la vez anterior no aprobé. Debemos por tanto, aceptarlos y evitar no cometerlos la próxima vez.
Esperemos que te haya gustado este post. Puedes escribirnos si necesitas más información o si tienes problemas a la hora de manejar la tolerancia a la frustración. Podemos ayudarte.
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Celia González Márquez
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