21
Sep, 2017
ACOSO ESCOLAR: CRITERIOS DIAGNÓSTICOS Y CONSECUENCIAS
ACOSO ESCOLAR: CRITERIOS DIAGNÓSTICOS Y CONSECUENCIAS
Hoy os queremos dejar un post sobre acoso escolar, cuáles son los criterios diagnósticos para definir una situación de acoso y cuáles son sus posibles consecuencias.
Son cuatros los criterios diagnósticos para definir una situación de acoso escolar:
1º)- Criterio de daño: ha de tratarse de una(s) conducta(s) o estrategia(s) agresiva(s) cuyo objetivo es herir física o psicológicamente a alguien. En otras palabras, las acciones de acoso pueden causar daño y están dirigidas a ello, pero ordinaria y aisladamente o no lo causan o es irrelevante, siendo la periodicidad y cronicidad la que potencia la causación de daño.
2º)- Criterio de intencionalidad: dicho comportamiento ha de ser dirigido con la intención de producir daño al acosado/a, componente volitivo. Estos dos primeros criterios están relacionados, dando lugar a un criterio combinado llamado: “intencionalidad de causar daño”.
3º)- Criterio de desequilibrio de poder: la existencia de un desequilibrio de poder entre agresor y víctima pudiendo manifestarse a través de la fortaleza física, mayor estatus social dentro del grupo, contando con un mayor número de seguidores, o a través de características personales como la facilidad de palabra, la manipulación o el ingenio.
4º)- Criterio de periodicidad y cronicidad: las conductas de acoso han de tener un carácter repetido que se prolongue a lo largo de un determinado período de tiempo.
Es precisamente la periodicidad y cronicidad la que califica la situación como acoso, ya que muchas de la conductas de acoso presentadas de forma aislada son poco significativas a nivel del daño, dentro de la categorización: daño leve-moderado y no crónico o de remisión espontánea, por lo que es la periodicidad y cronicidad la que las características del acoso que provoca un daño grave en la víctima que lo sufre (Arce y Fariña, 2011).
Las consecuencias que tienen en la víctima una situación de acoso continuada son muy variadas, por ello hay necesidad de evaluar clínicamente los daños. A continuación, se recogen posibles consecuencias que puede presentar una víctima de acoso:
– Alteraciones emocionales que afectan a su esfera de relaciones escolares, sociales y familiares, lo que genera que el niño que no existían anteriormente como disminución del rendimiento escolar o aislamiento social.
– Proyección de su frustración e indefensión en el núcleo familiar y social cercano: agresividad con la familia o aumento de la conflictividad en el colegio con otros compañeros o profesores.
– Aumento del absentismo escolar, principalmente debido al miedo.
– Retraimiento social de la víctima hacia sus padres o amigos
– Disminución progresiva del apoyo social en el centro educativo debido al abandono de compañeros y amigos que se apartan de la víctima por la estigmatización social del propio miedo y el mecanismo atribuido del algo habrás hecho.
– Falta de apoyo y actitud crítica y de cuestionamiento de la víctima por parte de padres, profesores u orientadores que incurren en el error básico de atribución.
– Estigmatización social en los demás entornos anexos al educativo.
-Manifestaciones psicológicas y psicosomáticas graves como pérdida de la capacidad de concentración, deterioro y embotamiento intelectual, insensibilidad o despersonalización, insomnio, irritabilidad, hipervigilancia, invasión de visualizaciones recurrentes, etc.
-Daños clínicos como ansiedad, estrés postraumático, depresión, distimia, disminución de autoestima, flashbacks, somatización, autoimagen negativa o autodesprecio entre otras.
Por último, se debe dejar claro que los niños que sufren acoso terminan padeciendo un tipo de daño clínico que se realimenta a sí mismo y que explica que frecuentemente tanto los educadores como los padres incurran en errores a la hora de intervenir. Poco a poco el niño que es acosado entra en una espiral de daño y reacciones secundarias al hostigamiento que reciben, que hacen que sean percibidos por el entorno como verdaderos “causantes” de lo que se les hace. Tanto padres, orientadores, educadores como profesionales suelen incurrir en un efecto atributivo denominado error básico de atribución, por lo que tiende a encontrar en las características y rasgos de la víctima la evidencia de que las conductas de hostigamiento tiene alguna base subjetivada.
¿Quieres más información?, ¿Sufres tú mismo/a o alguien conocido una situación de acoso? Nosotros podemos ayudarte.
Bibiliografía:
– AVE, Acoso y Violencia Escolar (Piñuel, I. y Oñate, A., 2007).
– Arce, R., Velasco, J., Novo, M. y Fariña F. (2014). Elaboración y validación de una escala para la evaluación del acoso escolar. Revista Iberoamericana de Psicología y Salud, 2014, 5(1): 71-104.
